Hoy he sido testigo de la impotencia, el dolor y las lágrimas de una Madre por tener que callar el sufrimiento de su hija y el suyo propio.
Por muchos anuncios que veamos sobre la violencia de género, seguimos callando por petición de la propia victima porque encima nos queda grabado a fuego que si simplemente la llamas, puede pasarle algo malo.
Después de veinti tantos años conviviendo con su "maltratador" lo sigue amando tanto como para renunciar a...todo!
Me pongo en su piel y puedo llegar a entenderla, pero lo que no entenderé nunca es que no haya aprendido a decir BASTA.
No le ha pegado nunca pero la obliga a llamar a su madre y a decirle que se olvide de ella y que no la llame que no quiere saber de ella, el delante claro, comprobando cada una de las palabras (por no decir puñales que clava a su madre) que tiene que decir a su madre, hacen el daño justo y mas.
Mi referente como mujer, como madre y como persona, lo mas bonito que he tenido desde pequeña esta sufriendo, desea dejar de vivir para no sufrir mas y no puedo hacer nada.
Mae.
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