Miras al infinito con la única esperanza de oir el ruido de ese tren acercándose, el silencio se apodera de tu ser...
El corazón y la razón entra en una batalla incontrolable y ahí sigue ese silencio...
Un gran vacío te invade, una lágrima escapa haciéndote saber que ese tren jamás volverá a pasar.
Pero sigues esperando...
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